Queso Monterey Jack

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Queso Monterey Jack

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Procedencia

California, Estados Unidos
elaboracion

Elaboración

Leche de vaca
corte

Características

Múltiples combinaciones

Es un queso elaborado con leche pasteurizada y es una variante del queso parmesano

Origen del queso Monterey jack

Nos encontramos a uno de los pocos quesos que pueden considerarse nacidos en el continente americano, más en concreto en la ciudad de Monterey en California, aunque la invención está atribuida a los monjes franciscanos de la Misión de San Carlos Borromeo de Carmelo. Esta Misión es creada por el monje español Junípero Serra en la Alta California en 1771. A finales del siglo XIX, un empresario afincado en Monterey, el escocés david jack, empezó a comercializarlo.

Historia del queso Monterey jack

La historia tiene su miga. El joven David llegó a Estados Unidos en 1849, para unirse a la fiebre del oro. Pero en lugar del dorado elemento, encontró una joya en forma de queso que por entonces se denominaba Queso Blanco. Lo que pasó después, ya lo podemos intuir…le cambió el nombre, estampando su apellido y la región en él, empezando en ese momento a distribuirlo por Estados Unidos, pasando la fama poco después al continente europeo. En sus inicios, era un queso que solo se dejaba madurar durante una semana, para que resultara suave, blanco y blando. Se trata de un queso elaborado con leche de vaca, que varía en color (del blanco al amarillo, con vetas) o textura según las peculiaridades de su creación o el tiempo de su maduración. Este queso se da a múltiples combinaciones. A las variedades más curadas se las conoce como dry jack. Podemos encontrarlo también con hierbas aromatizadas o incluso con chiles picantes. En esos casos, deberemos llamarlo pepper jack. Respecto al Monterey dry Jack, cabe mencionar algunas particularidades: es un queso que presenta una pasta semiblanda y en su elaboración encontramos que a la corteza se le añaden aceite vegetal, cacao y pimienta negra.

Algunas sugerencias de presentación

Lo mejor de este queso es que es un aliado culinario perfecto. Los platos que necesiten queso rallado, lonchas o una capa lista para gratinar, son buenos candidatos para incorporarlo. Con una maduración media de entre 7 y 10 meses, los aromas torrefactos que desprende recuerdan a la hierba recién cortada y el bizcocho. En boca es un auténtico paraíso. Tiene un gusto a dulce, con matices de nuez y un ligero retrogusto a jamón. Se corta con un cuchillo de doble mango y se marida perfectamente con frutos secos y cacao puro. Lo encontrarás en multitud de platos americanos y como ingrediente estrella en ciertos platos de cocina mexicana.