Cada vez hay más quesos sin lactosa en las estanterías de los supermercados para que los intolerantes a la lactosa tengan más opciones, ya que hay muchos más quesos que algunos de ellos pueden consumir, según siempre su grado de intolerancia.
Los quesos de larga maduración tienen un nivel muy bajo en lactosa e incluso se pueden encontrar algunos en los que este azúcar es prácticamente inexistente. Todo depende del modo de fabricación y grado de curación.
Quesos de larga maduración
El queso curado Manchego, el Gouda, el Parmesano o el Grana Padano son quesos con una larga maduración y por tanto, con bajo contenido en lactosa.
La maduración de los quesos curados oscila desde los 45 días, para quesos de menos o 1,5 kg, y 105 días para quesos superiores a ese tamaño. Durante el proceso de maduración el queso pierde hidratación y se seca, hasta un punto en el que el suero que contiene la lactosa es eliminado. Su textura es seca y su sabor muy fuerte debido la larga maduración. Otra variedad de queso de larga maduración es el queso viejo con un proceso de maduración superior a los 100 días para quesos de menos o 1,5 kg y 180 para quesos de más tamaño. Su sabor es aún más intenso que el curado.