Queso Bleu d’Auvergne

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Queso Bleu d’Auvergne

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Procedencia

Auvergne, Francia
elaboracion

Elaboración

Leche cruda o pasteurizada
corte

Características

Cremoso y mantecoso

El queso bleu d'Auvergne tiene un gusto intenso, un punto agrio y matices herbáceos

Características del queso Bleu d’Auvergne

El Bleu d’Auvergne es un queso de origen francés que recibe su nombre gracias a su lugar de origen, la región de Auvergne. Para elaborar este queso se necesita leche cruda o leche pasteurizada, muy parecida a la que se utiliza para elaborar el queso Roquefort, aunque el queso Bleu d’Auvergne es mucho más cremoso y mantecoso. El queso Bleu d’Auvergne tiene su propia DOP (Denominación de Origen Protegida) que consiguió en el año 1975 y que puede encontrarse fácilmente en nuestros supermercados gracias a marcas como Président, número 1 en Francia. Podemos distinguir el queso Bleu d’Auvergne ya que posee un color marfil con notas de color azul gracias a la aparición del Penicillium, que provoca ese moho verdoso y azulado. Debe madurarse durante un mínimo de 4 semanas, ya que es a partir de ese momento cuando podemos realmente disfrutar de sus característicos sabores y de su textura. Si observamos su corteza, veremos que es húmeda y algo pegajosa, lo que nos dice que se trata de un queso de pasta blanda. Su sabor es picante y algo salado con toques de hierbas. A diferencia de otros quesos azules, el queso Bleu d’Auvergne tiene un sabor menos fuerte y picante pero resulta más cremoso y con sabor a mantequilla, como comentábamos al principio. Como buen queso azul, tiene un aroma fuerte que, aunque no guste a todo el mundo, es muy apreciado por los amantes del queso.

Origen del queso Bleu d’Auvergne

El queso Bleu d’Auvergne surge a mitad del siglo XIX gracias a un granjero de Clermont-Ferrand, región donde ya se elaboraba el queso roquefort. Surgió cuando los fabricantes intentan que el moho del queso se esparciera por todo el interior. Esto se logró añadiendo el moho que surgía en el pan de centeno e inyectándolo con una aguja en diferentes sitios del queso para que el aire entrara y conseguir que se diseminara. Pronto logró una gran fama por todo el territorio, practicándose en varios sitios esta nueva técnica. Las cuevas naturales que se pueden encontrar en toda la región también ayudaron para favorecer el proceso de maduración, al ser zonas muy húmedas y frías. Antiguamente, se utilizaba el mismo Penicillium que se usaba en el roquefort y otros quesos azules, pero en algunas recetas actuales se suele utilizar un moho más débil llamado Penicillium glaucum.

Algunas sugerencias de presentación

El queso Bleu d’Auvergne puede utilizarse para preparar deliciosas salsas que acompañen nuestras ensaladas, para aderezar sabrosos platos de pasta o un jugoso filete al queso azul. Si queremos recetas algo más creativas podemos preparar una mousse de Bleu d’Auvergne con nueces, o preparar platos de verdura como el brócoli y la coliflor. ¡No podrás resistirte! También se puede comer solo o acompañado de un poco de pan, incluso dentro de un bocadillo. A la hora del maridaje, el queso Bleu d’Auvergne se puede maridar con vinos dulces como el Riesling o el Sauvignon Blanc. Los vinos tintos más fuertes y robustos, como pueden ser el Auvergne, el Bondes o el Cahors, también son una buena opción para acompañarlo, al igual que una cerveza tostada que logre equilibrar el sabor fuerte del queso.

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