Si enfrentarte a una tabla vacía te genera un sinfín de dudas quédate a conocer cómo preparar una tabla de quesos perfecta de forma sencilla.
Los quesos que vamos a utilizar
Para empezar, debes decidir el tipo de tabla, el criterio con el que vas a escoger las variedades de queso que formen tu tabla; por ejemplo, geográficamente, por tipo de leche, quesos de una misma familia, pero con distinta maduración. Hay mil y una formas de crear tu tabla de quesos perfecta.
Podemos poner el número de quesos que queramos, pero a partir de 4 o 5 tipos distintos es suficiente. Si queremos hacer una tabla de quesos variada lo ideal es que haya quesos de tres leches distintas ya que le aporta una gran variedad de sabores y una degustación mucho más enriquecida. Además, no nos podemos olvidar de elegir diferentes texturas y puntos de dureza.
Os dejamos combinación ganadora para una tabla de seis quesos:
- Parmesano Reggiano de Galbani
- Flor de Esgueva viejo con leche de oveja cruda
- Semicurado Gran Capitán
- Roquefort de Societé
- Brie de Président de pasta cremosa
- Queso fresco artesano Flor de Esgueva
Es importante también servir los quesos a temperatura ambiente (sacarlos al menos media hora antes de la nevera), dejar varios trocitos de cada uno ya cortados sobre la tabla y consumirlos empezando por los más suaves (como el brie o el queso fresco artesano) y acabando por los más fuertes o aromáticos (como el Parmesano Reggiano y el roquefort).