Aunque mucha gente pueda confundir la burrata con la mozzarella, ya que ambos son quesos frescos italianos y tienen una elaboración parecida, podemos decir que la mayor diferencia de la burrata es que está rellena de una crema de leche, también llamada “stracciatella”, por lo que resulta mucho más jugosa, a pesar de su exterior duro.
Se produce en la región italiana de Puglia.
El queso pecorino también puede confundirse con el parmesano o con el Grana Padano, ya que los tres pueden utilizarse de manera parecida y son quesos de pasta dura.
Un consejo, si quieres preparar la auténtica receta de pasta carbonara (sí, esa que no lleva nata y se hace con yema de huevo), deberás utilizar esta variedad de queso y no otra.
Se elabora con leche de oveja, tanto cocida como cruda, y es precisamente de este animal del que recibe su nombre ya que “pecora” quiere decir “oveja”.
Podemos encontrar varios tipos de este queso según su lugar de producción. Tenemos el pecorino sardo, el toscano o el siciliano, y en cada uno de ellos distinguimos diferentes matices.
Si nos dijeran que pensemos en el primer postre italiano que se nos viene a la cabeza, seguro que casi el 100% de la gente pensaría en el mismo: el auténtico tiramisú italiano.
Y, ¿qué ingrediente es imprescindible a la hora de elaborarlo? Sí, lo tienes claro, ¡el mascarpone!
Se trata de un queso fresco elaborado con leche de vaca, aunque mucha gente lo considera más una crema de queso que un queso como tal, ya que se consigue al añadir una serie de bacterias a la leche. Es casi más una cuajada o un yogur.
Tiene una textura muy cremosa que le dará el toque perfecto tanto a platos dulces como salados, en el caso de preparar por ejemplo un risotto.
La ricotta es otro queso fresco italiano, de origen siciliano, de textura muy cremosa.
Tiene un sabor neutro, por lo que en general se utiliza como crema en algunos postres o para dar más textura a ciertas salsas.
Su textura es blanda y granulosa y se elabora gracias al suero obtenido de la elaboración de otros quesos.
Es muy parecido a nuestro requesón, aunque un poco menos húmeda.
El queso fontina es un queso de pasta semicocida y de textura grasa, elaborado con leche entera de vaca.
Su corteza es anaranjada y se cepilla con agua y sal.
También ha recibido su propia D.O.P y cuenta con una gran historia que podrás comprobar si te apetece visitar los castillos de los Valles de Aosta, ya que esta variedad de quesos aparece en uno de los frescos que decoran el lugar.
El queso parmesano es uno de los quesos italianos más conocidos fuera de sus fronteras y, gracias a eso, no nos cuesta mucho encontrarlo en los supermercados, lo que es una buena noticia para todos los que amamos este queso.
La marca Galbani, número 1 en Italia, nos ofrece esta variedad, que cuenta con su propia D.O.P (Denominación de Origen Protegida) tanto en cuña como rallado. ¡No podemos resistirnos a ninguno de ellos!
Para los más curiosos, este queso elaborado con leche cruda de vaca, proviene del norte de Italia y su historia está ligada a los monasterios benedictinos del siglo XII.
El auténtico parmesano puede tener una curación de entre 12 y 36 meses.
Nos encanta este queso porque es muy rico en aromas y puedes consumirlo tanto rallado como cortado en pequeñas virutas y láminas.
Si hablamos de un queso azul italiano, el primero que se nos viene a la cabeza es el gorgonzola.
Para su elaboración, se necesita conservarlo a una temperatura muy baja que ayude a la aparición de hongos que le den esa textura y color tan característico.
Tiene un olor y un sabor muy fuerte, perfecto para acompañarlo con un poco de pan o incluso en platos de pasta donde convertirse en el rey indiscutible de la receta.
¿Qué es una pizza sin mozzarella? ¡No queremos ni imaginárnoslo! Y es que para nosotros es uno de los ingredientes estrella en la gastronomía italiana y simplemente ¡nos encanta! Puedes comerla en caliente o en frío si preparas la típica ensalada caprese, y es que, además, tienes una gran variedad para poder elegir, ya que actualmente encontramos mozzarellas elaboradas con leche de vaca y con leche de búfala
Este queso tiene su origen en la región de Campania e incluso ha recibido su propia D.O.P y se distingue por su textura jugosa de pasta hilada y su sabor suave.
El Grana Padano puede ser fácilmente confundido con el parmesano si no somos muy expertos en queso, pero si queremos profundizar un poco más, podremos saber que tiene una maduración más corta (unos 8 meses) frente al parmesano (12 meses).
Tiene una textura dura y compacta y proviene de las provincias italianas de el Véneto, la Emilia-Romaña y Lombardía.
Como no tiene un sabor muy fuerte, suele utilizarse a menudo a la hora de elaborar platos italianos ya que no enmascara otros sabores.
Un plato de queso provolone caliente… mmmm ¡queremos uno ahora mismo!
Este delicioso queso italiano surge al sur del país, aunque es curioso porque su producción se centra en el norte.
Se elabora con leche de vaca entera y si lo degustamos en frío encontraremos un queso de corteza blanda y pasta semidura que resulta muy fácil de fundir.
Puedes encontrar variedades con un sabor dulce y otras en las que destacar notas picantes e incluso ahumadas.