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Hoy comparamos ¡quesos azules!
El queso cabrales es uno de los quesos azules más famosos de nuestro país.
Se elabora en la región asturiana de Cabrales con leche cruda de vaca o mezclando hasta dos y tres leches de vaca, oveja y cabra, pero siempre de rebaños registrados por lo que ha recibido su propia Denominación de Origen Protegida (DOP).
Su maduración se lleva a cabo en cuevas naturales de dos a cuatro meses, donde el queso debe mantenerse a una temperatura de entre 8 y 12ºC.
Tiene un aroma fuerte, al igual que su sabor, que resulta algo ácido y ligeramente salado.
Este queso cántabro se elabora de manera artesanal en el Valle de Liébana y es conocido con el nombre de queso Picón.
Para su producción, que es muy limitada, solo se utiliza leche cruda (link art leche cruda o pasteurizada) de vaca, cabra u oveja, pudiéndose mezclar hasta dos tipos diferentes en algunos casos.
Su maduración se lleva a cabo en las cuevas de los Picos de Europa durante un mínimo de dos meses.
Se caracteriza por su sabor fuerte con toques picantes y con una textura mantecosa.
En los valles de León se elabora el queso azul de Valdeón, justo en el corazón de los Picos de Europa.
Se elabora con leche de cabra o de vaca pasteurizada, o incluso con una mezcla de las dos.
Destaca por un sabor suave, aunque potente, ligeramente salado y picante.
Suele comercializarse envuelto en hojas de castaño y es muy reconocible gracias a su intenso veteado azul.
Otro de los quesos azules asturianos por excelencia, aunque menos conocido que el cabrales, es el queso La Peral.
Para su elaboración, se utiliza leche entera de vaca pasteurizada que se mezcla con manteca de oveja para conseguir un mayor sabor, ligeramente ácido y salado, y un aroma más potente durante su maduración.
Podemos decir que tiene ciertas similitudes con el queso roquefort.
El queso Gamonéu, o Gamonedo, se elabora en los concejos de Onís y Cangas de Onís.
Para su elaboración artesanal, se pueden utilizar leches de vaca, cabra y oveja, pero siempre de razas autóctonas, existiendo dos variedades diferentes.
Una característica de este queso es que se realiza en su corteza un proceso de salado, frotando sal común en todas sus caras y luego se realiza un proceso de ahumado.
Su maduración va desde los dos a los cinco meses y se consigue un aroma con toques ahumados y picantes, en el que podemos apreciar notas a avellanas.
El queso roquefort es el queso azul francés por excelencia, recibiendo incluso su propia Denominación de Origen Protegida (DOP) y elaborado en el pequeño pueblo de Roquefort. (link art Roquefort: un pueblo con sabor a queso)
Se elabora con leche cruda de oveja y se debe madurar de tres a seis meses, controlando muy bien la temperatura de sus cuevas para favorecer las apariciones del hongo penicillium roquefort.
Tiene un sabor fuerte con toques salados y un regusto ácido.
Si tenemos que quedarnos con una marca francesa de queso roquefort, nosotros lo tenemos claro, Societé es nuestra gran referencia a la hora de degustar esta variedad.
El queso stilton es de origen inglés, y también ha recibido su propia Denominación de Origen Protegida (DOP).
Se produce sólo en cinco lecherías de los condados de Leicestershire, Nottinghamshire y Derbyshire y se elabora exclusivamente con leche de vaca.
Se puede diferenciar de otros quesos por su corteza de color grisáceo en la que apreciamos pequeñas manchas de polvo.
Tiene un sabor potente que se va intensificando según su tiempo de maduración, el cual puede variar de los 3 a los 18 meses.
El queso gorgonzola es el queso azul italiano más conocido, recibiendo también su propia Denominación de Origen Protegida (DOP).
Se elabora en las regiones de Lombardía y Piamonte a base de leche de vaca.
Al consumirlo, podemos distinguir una pasta semidura de un color blanco con vetas azul verdoso. En su interior, la textura es cremosa, desmenuzable y con un olor muy fuerte, incluso más que su sabor, el cual puede ser tanto dulce (más cremoso) como picante (más aromático) según la variedad que elijamos.
Su proceso de maduración se encuentra entre los dos y los 6 meses y se suele utilizar principalmente para acompañar pastas o elaborar deliciosas salsas.
El queso Fourme D’Ambert también es de origen francés y se elabora en la región de Auvergn, contando con su propia Denominación de Origen Protegida (DOP).
Para elaborarlo, se utiliza exclusivamente leche de vaca y se debe dejar madurar durante dos o tres meses en cuevas con temperaturas controladas.
Su corteza es rugosa y de un color grisáceo, mientras que podemos apreciar un sabor intenso con una textura cremosa y toques aromáticos de nueces tostadas.
A pesar de ser un queso azul, es uno de los más suaves en cuanto a sabor.
Por último, os traemos un queso azul de origen alemán, el queso Montagnolo.
Se elabora con leche de vaca pasteurizada y siguiendo una receta tradicional.
A diferencia de otros quesos azules, tiene un sabor dulce y suave en el que destaca un toque picante que resulta muy agradable.
Su corteza es grisácea con vetas azules.