¿Qué sintió Enric Bernat, creador del Chupa Chups, cuando descubrió que los orientales comían todo con palillos, excepto los caramelos?
¿Quién le iba a decir a la Duquesa de Bedford, en Inglaterra, que iba a popularizar en pleno siglo XIX, una infusión oriental y convertirla en la bebida británica por excelencia?
La Historia está llena de hallazgos de gente que piensa, experimenta y comparte su sabiduría. Ya sean caramelos que no manchan, una bebida para la merienda o una fusión…inesperada, cuanto menos.
Y SÍ: Nos referimos al té con queso, al té de queso o como queramos llamarlo tras escandalizarnos internamente y aceptarlo, como gente moderna que somos. ¡Claro que sí!
(De todas formas, ya lo han bautizado debidamente como Cheesete).
Cómo disfrutar esta atrevida combinación:
- Nada de prejuicios ni imaginar porciones flotantes en la bebida. Se basa en “espuma” de queso, del estilo que se usa para las tartas de queso.
- Viene con ritual: Quitar la tapa del té, inclinar el vaso a 45 grados, tomar un poco de la espuma del queso, volver a tapar, degustar un poco con la pajita, agitar hasta mezclar y, por fin, beber.
- ¡Traspasa fronteras! Desde su Taiwán original, ahora se consume en toda China, Los Ángeles, Nueva York y Singapur.
- Se puede tomar frío y caliente. Y atención: con quesos de diferentes variedades e intensidades, desde un camembert hasta un cabrales.
- Abierta esa opción, ¿te imaginas cuántas recetas para acompañar el Cheesete?
Es, evidentemente, una moda apta para valientes, aunque quienes lo han probado aseguran que está más rico de lo que parece.
¿Te atreves a dejarte seducir por esta nueva propuesta? ¿Y a contárnoslo?
Admitimos que en Qué Quesos nos sentimos divididos entre la curiosidad y el purismo. Pero ¿quiénes somos nosotros para impedir una forma más de disfrutar de lo que más nos gusta?
¿Y si mañana se creara un Chupa Chups de queso?