Disfruta del queso como un auténtico afinador

Estamos seguros de que disfrutaréis de esta experiencia diferente, auténticamente genuina, y llena del sabor y el aroma que caracterizan a los quesos Flor de Esgueva. ¡Sigue estos pasos y disfruta del queso como un auténtico afinador!

Para que la cata resulte un éxito, elige quesos de gran calidad

Los quesos Flor de Esgueva se caracterizan por su aroma complejo en matices y su sabor intenso y a la vez delicado. Pero no todos los quesos Flor de Esgueva son iguales. Para poder disfrutar de la organoléptica favorable de todos los quesos, la degustación deberá realizarse siempre empezando por el queso más suave e ir incrementando la intensidad hasta dejar el queso más potente en último lugar. El orden sería el siguiente:

 

tabla de madera con Flor de Esgueva Fresco Artesano y membrillo

Se trata de un queso suave debido a su naturaleza. A pesar de ello, refleja intensidad en el retrogusto, evocando a la leche pura de oveja.

Es un queso elástico y fundente en boca, con cierta humedad, pero nada viscoso. Acompáñalo de una mermelada de frutos rojos y nueces o también con una ligera lámina de membrillo. Si quieres arriesgar, combínalo con unas anchoas.

 

Cucharillas negras de plástico con Crema Flor de Esgueva en una tabla de madera

Esta crema es perfecta para aquellos amantes del queso que echan de menos la intensidad y cierto grado picante en los quesos cremosos.

Suave, ligera y con cierto carácter graso es una crema de olor intenso. Perfecta para untar sobre pan de centeno.

 

Bodegón con rueda de queso Flor de Esgueva Viejo y frutas

Este queso viejo es perfecto en cuanto a intensidad y textura. Es un queso muy apropiado para aquellos queseros a los que les gusta una textura elástica y casi fundente, pero sin perder el gusto puro a oveja y la intensidad en boca.

Un queso perfecto para disfrutarlo solo. Si queremos acentuar ligeramente su sabor, podemos añadir unas gotas de aceite de la variedad Picual.

 

Bodegón con rueda de queso Flor de Esgueva Carácter y frutas

Queso que, a nivel visual, ya nos hace pensar que es un queso con personalidad, con cuerpo, con carácter. Su maduración provoca que su pasta sea completamente cerrada y con presencia de cristales de “Tirosina”, que proporcionan al queso esa textura tan singular y ese crujir a cada mordisco.

Acompañarlo de avellanas y nueces o cualquier otro fruto seco sería lo fácil, puesto que este tipo de alimentos combinan perfectamente con este queso.

Prepara la mesa: quesos, bebidas para maridar y complementos

Para disfrutar de una auténtica cata Flor de Esgueva, los sentidos deben encontrarse en perfectas condiciones. Existen algunos alimentos para preparar el paladar entre cada queso. Nos ayudarán a dejar el paladar en un aspecto neutro y que el sabor, aroma y textura que recibimos del queso sea pleno.

Dispón en tu mesa de cata para tomar entre queso y queso: agua, manzana Golden o Reineta (ácida), regañás o picos de pan, tomates cherry o incluso alguna bebida alcohólica con cierto grado de acidez o amargor.

La cerveza Lagger o el vino blanco serán los aliados perfectos para maridar estos quesos. Este apartado es esencial ya que los quesos que estamos degustando se merecen nuestra atención al 100% y disfrutar de ellos es un placer.

En cuanto a los quesos en sí, es importante dotarlos de la importancia que merecen. Para ello, corta cada uno de los quesos con el cuchillo indicado y con el corte que mejor le va.

  • Queso Fresco Artesano de Oveja Flor de Esgueva: Corta pequeñas cuñas en forma de triángulo con ayuda de un cuchillo de filo liso.
  • Flor de Esgueva Crema: utiliza un cuchillo con alveolos para untar mantequilla y quesos cremas, así evitarás que la crema se pegue al cuchillo.
  • Flor de Esgueva Viejo y Flor de Esgueva Carácter (Añejo): en los quesos con más maduración, cada porción debe llevar una parte de corteza y una parte del centro o corazón, ya que así saboreamos el queso de manera óptima. La parte de la corteza está más salada y seca y el corazón más húmedo y blando. Ayúdate de un cuchillo de doble filo para cortar el queso viejo en cuñas y el carácter en bastones.

Es hora de pasar a la cata: utiliza tus 5 sentidos

Por lo que hemos visto anteriormente, es importante que todos nuestros sentidos se encuentren en perfectas facultades para catar cada uno de los quesos. A la hora de la cata, utilizaremos nuestros 5 sentidos:

  • Examen táctil: tocar los quesos y su textura es esencial para conocer el carácter graso, la elasticidad y la rugosidad del queso.
  • Examen olfativo: apartado fundamental para disfrutar del queso, atendiendo a la rueda de aromas que nos puede aportar, así como a su intensidad.
  • Examen bucal: la forma en la que percibimos las propiedades mecánicas y geométricas del queso en nuestra boca, atendiendo a factores como granulosidad, friabilidad, gomosidad, masticabilidad etc.
  • Examen gustativo: la parte más importante para conocer el gusto y sabor del queso, así como su retrogusto, intensidad y persistencia global. Especial mención al aroma, combinación entre gusto y olfato.
  • Examen auditivo: este sentido no participa en la mayoría de las catas de quesos, pero sí que hay que tener en cuenta cuando un queso rechina o tiene una sensación crujiente, ya que puede indicarnos la calidad del queso.