Como buenos amantes del queso, nos encanta incluirlo en cualquiera de nuestras recetas. Y no hay nada mejor que el sabor de un delicioso queso fundido en un sándwich o gratinado sobre un plato de pasta. ¡Solo de pensarlo se nos hace la boca agua!
Y es que, además, como pudimos ya ver en otro artículo, tenemos una gran variedad de quesos que son perfectos para fundir
No importa si el queso está elaborado con leche de vaca, de cabra o de oveja, lo más importante es que contenga la humedad suficiente para que su textura una vez fundida sea perfecta, ya que en el caso de los quesos curados, la textura puede quedarse algo “plástica” cuando están fundidos.
Los quesos franceses como el queso de cabra, el queso brie o el queso camembert se pueden comer tanto en frío como en caliente. Pero ahora que bajan las temperaturas, son perfectos derretidos sobre una tostada, por ejemplo.
Por todo ello, el horno será nuestro gran aliado para preparar deliciosas recetas con queso.
¿Cómo podemos fundir el queso?
Pero no solo podemos usar el horno a la hora de fundir el queso.
Por ejemplo, podemos cortar el queso en trozos y calentarlo al microondas dentro de un bol, hasta conseguir la textura deseada. Ten cuidado y no te pases de calor ya que el queso perderá su cremosidad.
Con ese queso caliente, podremos mojar una tostada de pan o sobre un puré.
Además, existe la raclette, uno de los mejores inventos para los que, como nosotros, son unos locos del queso. Una plancha que nos permitirá fundir el queso, mientras que en su parte superior podemos cocinar diferentes ingredientes con los que acompañarlo.